Hay varias razones por las cuales a los humanos nos cuesta cambiar nuestra forma de hacer las cosas:
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La comodidad de la zona de confort: Muchas veces preferimos mantenernos en nuestra zona de confort, aunque eso signifique no mejorar o cambiar. Es difícil salir de nuestras rutinas y hábitos conocidos, y el cambio puede hacernos sentir incómodos o inseguros. La educación
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La resistencia al cambio: A menudo, tenemos resistencia al cambio porque nos aferramos a nuestras creencias y formas de pensar actuales. A veces, nos aferramos a una idea o forma de hacer las cosas porque creemos que es la mejor manera, y no queremos cambiarlo aunque haya evidencia de que otra forma pueda ser más efectiva. El miedo de conocernos
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La falta de motivación: También puede haber una falta de motivación para cambiar. Si no sentimos que necesitamos cambiar, o si no vemos los beneficios inmediatos del cambio, puede ser difícil encontrar la motivación para hacerlo. La recompensa
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La falta de habilidades o conocimientos: En algunos casos, la falta de habilidades o conocimientos necesarios para realizar el cambio puede ser una barrera para hacerlo. Si no sabemos cómo hacer algo, es posible que nos sintamos incapaces o frustrados, lo que puede hacernos resistir el cambio. La desinformación
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El miedo al fracaso: Por último, el miedo al fracaso también puede ser un factor que nos impide cambiar. El cambio implica riesgos, y el miedo al fracaso puede hacernos dudar de nuestra capacidad para realizar el cambio y temer las consecuencias de intentarlo. El qué dirán
Y entonces ¿qué hacemos?
Pues eso lo veremos en los siguientes correos